08 May Historia de una casa. Capítulo 2. Vender la casa familiar
Historia de una casa. Capítulo 2. Vender la casa familiar
En el capítulo anterior, dejé la historia de esta casa en el momento en que sus propietarios vacían el espacio que tanto tiempo les ha pertenecido para dejar que se transforme en otro lugar
Transformar lo que era la casa familiar para acoger nuevas historias
Una vez vacía la casa de enseres personales y muebles que ya han cumplido su cometido, la vida en su interior continua, ahora conmigo. Poco a poco, la casa me habla, me cuenta su biografía y yo la escucho, la observo con atención, delicadeza y respeto. Sin invadir, empiezo a sentirla. Debo poner orden, hay mucho trabajo por hacer y no puedo dejarme llevar por sentimentalismos.
Por un tiempo yo voy a ser la protagonista de su historia, aunque efímera, sus paredes me acogerán y viviremos momentos especiales. Vendrán colaboradores, gente que trabaja conmigo, visitantes… y tendrán su lenguaje, pero para eso, ahora, la esencia del trabajo, es un diálogo entre ese espacio y yo. La clave para que la venta sea un éxito o no, empieza justo en ese momento.
El éxito para vender la casa familiar antigua está en presentarla irresistible con la mínima inversión
Durante el proceso creativo saltan chispas entre nosotras: esto sí, esto no, será mejor así, este estilo no va nada…Ojos y sentidos alerta hasta que doy con la solución, la que “es”. Y, como por arte de magia, los espacios van cobrando vida, como si le volvieran las ganas de llenarse.
Cada habitación la voy configurando con mucho mimo y eso, en seguida, la casa se nota que lo agradece. Se empieza a ver tan bonita, tan apetecible. Sin duda, el mejor momento de mi trabajo es cuando veo físicamente lo que llevo días y días montando en mi cabeza.
Cada lámpara, vela, alfombra… tiene un por qué, nada está colocado al azar, todos los elementos están pensados para sacar lo mejor del inmueble, que formen parte armoniosamente y generen atracción, ganas de estar allí, de quedarse para usarlos y vivirlos. Eso es Home Staging, pero con mi toque personal.
Y, finalmente, está lista, preparada para salir a escena, ha costado pero el esfuerzo siempre merece la pena. La complicidad entre ella y yo todavía seguirá unos días pero ya no será igual, la casa ahora va a ser presentada, se hará famosa. La miro con una sonrisa de gratitud por darme la oportunidad de hacer lo que más me gusta y ayudarme en mi camino. Ha estado fantástica, se ha portado de maravilla y se merece por eso volver a sentir la vida vibrando en su interior. ¡Vamos a por ello!
Llega el trabajo de fotografía y video y es una nueva historia la que comienza, con la sensibilidad de el profesional con el que cuento siempre en mis trabajos, Samuel Ebuka. Como los propietarios que me dicen que no darían su casa a vender a cualquier insensible, tampoco yo podría trabajar con alguien que no sienta como yo cada obra. Ese diálogo entre ellos yo lo capto, pero no quiero ser indiscreta y, salvo algunos detalles en los que participo, el resto es privado. Confío en él y el resultado es mejor, incluso, de lo que espero. A los artistas hay que dejarles hacer cuando ves que saben lo que hacen.
La casa sale a escena, ahora sí se puede vender bien la antigua casa familiar como un nuevo hogar apetecible que espera ser habitado
Y la obra se estrena, se difunde, se publica y ¡Dios mío! Qué aceptación! Nunca dejaré de sorprenderme gratamente de lo bien que funciona el marketing en este sector. Los agentes inmobiliarios insisten en que el éxito es la bajada de precio, pero yo no estoy de acuerdo: Si el precio está dentro de lo razonable, no hay que seguir bajando. Llévala a lo mas alto, que transmita ese valor. Dale la oportunidad de convencer a su público.
Los compradores que han visitado la casa coinciden en que el anuncio les ha llamado la atención por ser algo totalmente diferente a lo que están acostumbrados a ver en portales webs, viviendas bastante deprimentes a primera vista. Agradecen encontrar imágenes, planos, vídeo y toda la información fácil y asequible. No llaman para informarse, si no para visitarla y, si es como se imaginan, comprarla.
Cuando la ven y caminan observando cada detalle no saben por qué pero les transmite mucha tranquilidad y les cuesta marcharse. Claro que yo sí se por qué es. Las velas encendidas, la música y los aromas que elijo sutilmente también influyen. Les encanta cómo está, me dicen, porque pueden verse viviendo ahí, sería una decoración que ellos mismos tendrían. No tienen que imaginarse lo que entra o no, si les va bien o no. Es agradable y les gusta. la casa vuelve a brillar de satisfacción…y yo con ella. Le hago un guiño cómplice, esto funciona.
Final feliz, la antigua casa familiar pasa de se vende a vendida
La compradora que corrió a dar la señal a los 11 días de publicarla para que no se la quitaran, me confesó que acababa de comprar para su casa las mismas lámparas que yo había elegido poner en esta. Me la imagino al ver el anuncio con una sonrisa iluminándole la cara. ¿No te la imaginas tú? ¿A qué te pasaría? A mí me pasaría, y desde luego que iría a verla para comprarla antes que otra. “¡Al fin! veo mi hogar y no un inmueble”. La ha querido tal cual, sin quitar nada.
No quería que nadie le robara su historia.
Espero que sea muy feliz, tanto como yo por haber conseguido ayudar a la antiguos propietarios en esa tarea difícil de vender la casa de los padres y porque la verdadera protagonista, que ha formado parte de mí, la casa, vuelva a ser vivida y disfrutada.