Mas de la mitad de los españoles piensan cambiarse de casa en la nueva normalidad

La situación de confinamiento ha puesto en evidencia los errores de la vivienda habitual.

Numerosas encuentas, como la realizada por el portal pisos.com o el formulario de la arquitecta Lucía Ruíz de Aguirre, han desvelado que la mayoría de los españoles no están conformes con las casas que habitan. De hecho un 68% se plantea cambiar de vivienda cuando acabe el estado de alarma por elementos que les faltan a sus hogares. La terraza sería el primer elemento que echan de menos, 34,4 %, le sigue el jardín, 19,3% y en tercer lugar el espacio, 16%.

Los mayores males que aquejan a los propietarios los devela el cuestionario de la arquitecta que en los tres primeros días ya habían contestado más de 1.300 personas y que puedes contestarlo también aquí . El ruido de los vecinos, la falta de luz y ventilación son los más repetidos. pero sorprendentemente para los propios arquitectos, el diseño moderno o la audacia mal entendida ahora también pasa factura. Se echa de menos los pasillos, el espacio más compartimentado y un mayor número de armarios para almacenaje.

Nada nuevo, sin embargo, para los interioristas que deberíamos protagonizar estos diseños y que hemos asistido calladamente a estos cambios viendo cómo se ha ido dejando en manos de quien no sabe de hábitat “aplicado”, la creación de algo tan valioso como es la casa en la que vivimos. Por mucho que se quiera ahorrar, lo barato sale caro y ahora sale a la luz. Las promotoras no tienen entre sus objetivos la felicidad de quien vive en sus edificios. Tampoco los arquitectos ni los “reformistas” son los que deberían tomar las decisiones de diseño de interiores. Y los propietarios que no dominan los recovecos del mundo de las reformas ni el espacio como, imagino, les gustaría haberlo hecho, ahora se quejan de estas cuestiones nada banales. Una casa mal diseñada y poco aprovechada vale mucho menos. Sin vistas o sin luz, le va restando puntos hasta convertirla en un lugar poco “habitable”.

Es por este motivo que muchos de estos propietarios descontentos, buscan salida a su situación cambiando totalmente de vida. Se plantean dejar su piso en la ciudad, con Madrid a la cabeza, para vivir en una casa con jardín y piscina. Lejos de las aglomeraciones, cuidando la distancia social y asegurándose de tener amplitud, luz natural de sobra y espacio exterior en el que disfrutar sin peligro ni restricciones.

Portales inmobiliarios y agencias coinciden en que ha aumentado la búsqueda y solicitud de compra de casa con jardín y fuera de la gran ciudad durante el estado de alarma. Por otra parte, propietarios que pensaban vender sus segundas residencias, han decidido quedárselas como opción para salir por si se vieran obligados a quedarse sin viaje de verano en las vacaciones del 2020. Viéndose incrementadas las solicitudes de reforma en esta tipología de vivienda y aumentada la compra de todo lo relacionado con la diversión en los jardines. Como las piscinas desmontables que se ha visto disparada en un 350% la compra con relación a años anteriores.

Hay ganas de respirar y compartir en entornos seguros y tranquilos, con espacio y luz. Hogares mejor diseñados y pensados para ser disfrutados. Se hace más útil que nunca contar con profesionales que puedan resolver estas necesidades. La iniciativa de proyectos como Casa con jardín, un servicio de personal shopper y reforma que estamos diseñando, es una muestra de cómo el sector inmobiliario tendrá que reinventarse y mirar al cliente con más honestidad. Escuchar y darle lo que necesita. También la construcción tiene mucho que valorar al respecto y hacer su propio examen para saber si está aprobado. Más de la mitad de los españoles dicen que no y por eso piensan mudarse en el desconfinamiento o reformar su vivienda para corregir los errores cometidos en el pasado.

Como siempre, habrá quien aprenda la lección y quien seguirá como hasta ahora.

Autora Asun Tello, Interiorista y Consultora Inmobiliaria en Madrid